De hecho, casi nunca piensa en ello, Iván prefiere ver la televisión y charlar con sus amigos Stella, una anciana elefante, y Bob, un perro callejero.
Lo que más le gusta a Iván es pintar, captar en sus cuadros el sabor de un mango o el sonido de las hojas de los árboles. Pero el día que llega Ruby, una elefantita bebé que fue separada de su familia, todo cambia, e Iván comienza a ver su hogar y sus cuadros de una forma distinta.
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